Adelante

Publicado el 12 de noviembre, 2024

Padre Manuel Antonio García Salcedo. Arquidiócesis de Santo Domingo.

Tener los pies firmes en la tierra.

La mirada fija en ña Santa Hostia. Es Jesucristo, el Viviente.

Tus manos cansadas o vacias… da igual. Están disponibles.

Todo lo que produce tensión pertenece al pasado. Entender que ya pasó.

Dejar ir.

Soltar.

Distenderse.

No somos dueños… De nada, de nadie.


Y a la vez, tenemos necesidad de aire para respirar. Se trata del hambre de entregarnos. Si tienes necesidad hay futuro, la esperanza te atrae como un imán.

Nuestra vida es un escalar. Todo lo que se percibió como hundimiento, ya desapareció.

Ensanchar el alma, volver a sonreír, reencontrar la paz mental que una vez nos acompañó. Es posible recuperarla.

¿Cuál es tu proyecto de vida ahora? No es solo sobrevivir. Es alcanzar lo que te demanda esta vida que necesita de las bondades de Dios. Visualizar el horizonte.

Hay luz en el Cuerpo Glorioso de Cristo que pasó por el sacrificio, por la Cruz del dolor y la resistencia a creer que todo lo bueno, lo bello y verdadero se termina.

Y ahora, te toca abrir tus alas. No están rotas como crees. Podrás seguir adelante.

¡Abre tus alas!